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Pegar con el reverso de la mano: se supone que estos golpes deben apuntar al espacio entre los senos mientras usted está implicado en el coito. Este espacio debe ser golpeado y los golpes van a aumentar hasta que tu acto alcance su clímax.

Considera la posibilidad de castigar a tu sumiso ante otras personas. El castigo público, por suaves que sean los golpes, puede resultar más humillante y duro para el sumiso que un castigo privado más duro.

A fin de que se involucre con sus preguntas exprese en ellas sus sentimientos, por servirnos de un ejemplo en lugar de decirque hiciste hoy dígale, estaba pensando que estuviste haciendo hoy. Esta pequeña diferencia da lugar a mayor reciprocidad.

Retorciéndose un tanto en su asiento, se volvió hacia él, apoyando la cabeza en su hombro. Sabes lo que esto me hace a mí, ¿verdad, bebé? ¿Sabes de qué manera está pulsando en mi coño y clítoris, en mí asimismo? ¿Eso te hace difícil?

Como sumiso, eres el único en el papel menos poderoso, cuando menos en la superficie. A menudo, la sumisa tiene más poder del que piensa. El sumiso tiene poder cuando se trata de establecer las reglas básicas y negociar el contrato (si escoge emplear uno).

¡Que no se vaya por el blog! Hay que engancharla. Si no, toda la sabiduría queda en nada, pues no has tenido el tiempo preciso, a fin de que tus atractivos y saberes hagan efecto. ¡Mantén la situación a toda costa!

Puede comenzar poniendo el ademán adecuado o bien mudra y diciendo el palabra Om de manera que resuene en su interior, mas sólo para comenzar o bien concluir la meditación, pronunciándolo 3 veces y cada vez que desee tener un buen augurio.

Se utiliza para designar a quienes ya han terminado su paso al género deseado, o sea los que han tenido una cirugía de cambio genital en tanto que consideran dicha cirugía como esencial para su identidad de género.

Crea misterio sobre lo que será el castigo y, a continuación, en el último minuto, altera levemente exactamente el mismo en cuanto a la duración, los instrumentos a emplear, la presencia o no de público o bien el estilo. Haz misteriosas promesas que creen expectativas y observa su reacción.

Desde pequeños hemos buscado la contraprestación de nuestro amor. Cuando éramos buenos teníamos premio y cuando éramos malos, un castigo. Con lo que aprendimos a portarnos bien para tener una recompensa y eludir el castigo.